20 de marzo de 2007

Desvío


Busco direcciones para salir de la rutina. Favor enviar la dirección exacta, aunque si me pierdo creo que será mucho mejor. He tratado maneras de salir, y lo he logrado, pero ahora necesito ayuda. Así que por favor, si alguien desea ayudar, ya saben dónde escribir.

Ilustración:janeysjourney.typepad.com

13 de marzo de 2007

Splash of art

Foto:Wooster Collective

Nicole Bengiveno/The New York Times

The evidence is the bright green and purple splashes of paint that began appearing on walls in Brooklyn and Manhattan more than a month ago. The carefully aimed blobs obscured or disfigured dozens of pieces of street art created by people who may not be household names, but who have achieved the esteem of peers and some recognition from the mainstream art world. The targets of the paint attacks have included posters, paper cutouts pasted on walls, and images stenciled on the sides of buildings.

Many of the paint splatters were accompanied by messages printed on plain white sheets of paper and pasted near the splatters. Those communiqués appeared to condemn the commodification of art, but it is difficult to be sure what the messages really mean. One reads, in part, “Destroy the museums, in the streets and everywhere.” The author has kept his or her identity a secret.

Word of the covert actions spread quickly through the street art community. Web logs began documenting the splatters. Soon the unknown protagonist was named the Splasher.

Marc Schiller, who runs a Web site about street art called the Wooster Collective, woostercollective.com, and who organized a large show of street artists in an unoccupied SoHo building in December, said that he was disturbed by the ease with which art could be destroyed by a anonymous figure.

“There’s some speculation,” he said about the perpetrator’s identity. “Until they admit it or until you catch them in the act, which may happen, it’ll remain a mystery.”

Nobody has yet reported the splatterings to the police, perhaps because city laws say that the art that was defaced is just as unlawful as the paint splashed onto it. Street artists usually put up their work without permission, and some people consider the work itself to be vandalism.

The term street art is thought to have originated in the 1980s, when it was used to describe the work of well-known artists like Keith Haring and Kenny Scharf. Their artistic descendants work in practically any medium, from paint to stickers to carefully fashioned metal sculpture. Many use aliases and install their work at night, usually in spots where it will elicit little complaint even if it was put up illegally.

In recent years, some of these young artists have been embraced by galleries, museums and collectors, and there are those who fear that the practice might become perceived primarily as an avenue to greater recognition.

The pasted screeds that appeared with the splatters seem to stem from such concerns. They are headlined “Avant-Garde: Advance Scouts for Capital” or “Art: The Excrement of Action.” Statements at the bottom of the pages warn that the paste used to affix them has been mixed with shards of glass.

Some have tried to deconstruct the documents. One blog writer suggested that the author had drawn inspiration from an essay by the English writer Jeannette Winterson called “Product is the Excrement of Action” in which she laments the primacy of material goods in society.

Of course, whoever is responsible for the paint and the notices could have less rarefied motives, like jealousy, a desire for notoriety or simple destructiveness.

Among those whose work has become a target is Shepard Fairey, a Los Angeles artist who is known for stenciled images of the wrestler Andre the Giant that have appeared with the word “obey” in cities around the world; and Banksy, a reclusive English artist who stenciled images of a girl jumping rope and a boy reaching upward on a wall in Williamsburg, Brooklyn, last summer.

Another is a New York artist who goes by the name of Swoon, whose intricate paper cutouts and relief print portraits have been visible on the streets of the Lower East Side and Brooklyn for more than six years. The Museum of Modern Art has shown some of her pieces, but she still places others in public spaces where they can be viewed free.

On Tuesday afternoon, some passers-by on Rivington Street stopped to gaze at three life-size figures created by Swoon that were pasted to a wall. The faces of two of the figures had been hit by blobs of green paint. David Brockman, 46, who runs a nearby vintage shop, said he was saddened by the paint assault.

“That was a revered and respected piece of art,” he said. “This is just vandalism.”

8 de marzo de 2007

Feliz Día Internacional de la Mujer Trabajadora



-Mija, pero ¿por qué no te casaste con Ken, se fueron a vivir a la casa rosa y vivieron felices por siempre?

-Mamí, porque las Barbies se rebelaron hace rato. Ahora prefieren el volante.

5 de marzo de 2007

Shhh...


La mejor oración

4 de marzo de 2007

Canción de cuna


En la esquina, cerca del punto, se mueven cunas vacías.
La ilusión de los futuros padres se proyecta en los espejos de las coquetas de los impecables muebles de madera, que vienen directamente de España (no cualquier cosa, dice la vendedora con seseo).
La madre, el padre, el bebé en la barriga de la madre se pasean por la tienda buscando y rebuscando el detalle de los animalitos, de las estrellitas, de las maripositas, de los ositos, de los hellokittytitos, de los elmitos, de los sapitos, de los patitos, de los pajaritos, de las libelulitas, en todo lo chiquitito.
Se pasean con problemas cerca de donde están las cunas (cuidado con las cunas señora embarazada con el bebé en la barriga). Allí sí que hay cunas: altas, bajitas, blancas, naturales, oscuras, bonewhite, coñac, con rueditas, sin rueditas, altas bajitas, cama cuna, cuna, moisés.
La madre, el padre y el bebé que está en la barriga de la madre están un poco cansados de tanta cosita chiquita, pero no pueden salir del mundo de muñecas y carritos y colores pasteles, claritos, bonitos (los colores oscuros afectan a los bebés, dice la del seseo). Es que hay tantos detallitos!!
Son los únicos que están en la tienda, se percatan. La del seseo está loca por salir. Los escudos de zinc, cinc (elemento de número atómico 30) comienzan a tapar los cristales de ese palacio de cositas para el bebito.
El hombre de la entrada de la linda tienda de los artículos del bebé que está dentro de la barriga de la madre, tiene una pistola. Él aprieta el botón de las tormenteras protectoras con la mano puesta en la baqueta donde guarda su jueguetito.
No se preocupen, él les escolta hasta el carro, dice la señora del seseo que está casi con la cartera en el hombro y no para de hablar de la cunita que viene de España, Emmmanueli es la marca de la cuna, les recuerda a la madre, al padre y al bebé que está dentro de la barriga de la madre y que salen sin una bolsa.
El de la pistola los lleva por una puerta secreta de la tienda y los saca. La del seseo se queda dentro.
El sol les da la bievenida a la otra tienda. El de la pistola los guía. Ahí está el parking abandonado, ahí están los edificios mutilados, ahí está la basura olvidada y reciclada, ahí está el punto, les explica.
La madre, el padre y el bebé que está en la barriga de la madre caminan rapidito rapidito, prefieren los animalitos, le dicen al hombre de la pistola mientras sonríen nerviosos.
Suena la nana: "Déjala caer, sola va a caer... cuando sienta el BOOM de este perreo intenso túmbame el guille, calma. Que estás en falda y se te ve to'
flaqueaste, mi combo te ligo".
Los niños despiertan, se asoman por las cunas, suben una pierna, la otra, y caen de la cuna. Salen lento, como en el vídeo de "Thriller" de MJ, van en busca de los animalitos.
La madre, el padre y el bebé que están en la barriga de la madre se montan en el carro a toda velocidad, y agradecen al hombre de la pistola.
En las tormenteras de cinc retumba la nana. Las cunas siguen vacías.

1 de marzo de 2007

Bocanada


Hoy es el fin de la llama.
Los fumadores seremos una especie en peligro de extinción a partir de mañana. Para todas y todos los compañeros del asfixie inhalemos y exhalemos con fuerza en estas últimas horas de contaminación. Nos veremos luego en los rincones, ilegales, perdidos en una bola de humo que nos arrastrará con sus garras imaginarias a pecar, a chupar y chupar de ese filtro blanco-amarillo-marrón-negro-blanco que nos consume.
Por último día, una buena bocanada.