9 de junio de 2009

Sueño de verano


CUENTA una historia de esas que saben a sal con ajo, de
esas que cuando las huelas no huela sino que sepa a lo que no sabe lo que sabes. Tírate una guiñada a lo Iris Chacón que guiñaba con la boca. Házte un traje a lo Carmen Miranda y ponte a bailar con frutas, mientras te observa el vecino desde su brinca brinca. Cómete el guineo y disfrútalo como la copia de Miranda, como Chiquita Banana. Has surcos en el piso hasta que toques la baba negra de los deperdicios. Vete a caminar hasta que no sepas cómo regresar, hasta donde no te reconozcan. Sube hasta estar más trepá que Rupaul en tiempos victorianos. Luego vete despertando a la vez que vomitas conejos blancos, hasta que te des cuenta que todo se trató de un sueño veraniego de playas. Despierta volando y mírate al espejo para que te veas en carne, para que no te toques, para que comas lo que desechaste, para que sepas que estás en paz.