24 de abril de 2010


Imagen: Emmanuel Radnitzky (Rayograph)

Para la persona sin rostro que en ocasiones tiene nombre de monstruo



CUANDO
lo conocí, ya un rayo lo había atrapado
Desde entonces, sus ojos tiemblan en la oscuridad y se mueven
con la fugacidad indescriptible de la luz
Sus manos son alas con las que teje sueños en sueños
Crea mundos paralelos con los que se divierte aturdidamente para luego
despertar de un golpe ya convertido en ícaro
Sus pies son aquilianos
Y en su lengua guarda...
Debajo de su lengua guarda enzimas que chocan con anfibios
guarda células que se transforman con su saliva en imágenes degenerativas
En su cabeza lleva su lengua en una maleta con la que parte a diario
Parte, partido, en dos, con cabeza y cuerpo de madera iluminada
y dejando una estela de colores que siempre huele a huída.