16 de marzo de 2009

Pan!



El performance debía darse a las 5:00 de la tarde. Lo decía claramente en el programa, pero por alguna razón se adelantó por tres horas. El teatrero alemán Peter Schumann ya se encontraba en el lugar con los estudiantes universitarios de la IUPI vestidos de pañuelos blancos, listos para montar la utopía del teatro: salvar a Gaza, salvar la identidad, gritar que el arte no se vende, que el arte es para tod@s. Pero ya sabía yo que algo nuevo tenía el Sr. Schumann, no esperaba menos de un artista como él.



Mientras el Sr. Schumann simulaba comenzar los talleres para el acto de las 5:00 de la tarde, y le enseñababa a los estudiantes una canción llamada Bobolandia o Lubber Land para que la cantaran mientras él mostraba imágenes "celebrando" los principios básicos de la "democracia", llegó un estudiante no apañuelado. Lucía un mahón y camisa de cuadros. Entró en patineta al sagrado Museo de Antropología y.... (es tan largo ese nombre), donde se celebraban los talleres, y se perdió entre los estudiantes que intentaban afinar la canción que decía: Dónde está Bobolandia, qué es Bobolandia..."


-Culo, eso es un culo. Dijo el patinero, mientras los apañuelados seguían cantando y miraban y no miraban al joven.


-Now, ladies and gentlemen, I would show you...


-Eso es otro culo, culo..., prosiguió el joven.


Yo dije: "Coño, ahora es que esto se puso bueno... Esto sí que es performance".


-Culo, culo. Seguía el chamaco.


Yo, emocionada, esperando algo más... Pero a la mujer maga del sombrero, la teatrera, como que no le gustó el asunto, y le pidió al joven que dejara de hablar "malo" y que se uniera al grupo.


Yo dije, NOO, si esto es lo mejor del evento. Pero el joven obedeció y se acercó sigiloso hasta el Sr. Schuman. Todos cantaban: "Dónde está Bobolandia...". El apatinado, con la mirada perdida y pies inquietos, no podía evitar tragarse sus gritos y palabras "soeces", como dijo la teatrera.


Entonces, llegó el momento. Mr. Shumann daba indicaciones, su pelo blanco se movía agitado, mientras seguía construyendo la utopía teatral, la "salvación" artística. El chamaco se movía como un puppet, hasta que llegó frente a Mr. Shumann. Lo miró de frente, no cantaba, se quedó mirándolo, fijamente. Shumann trataba de darle indicaciones. El chamaco lo miró con pasividad, y sacó un panfleto blanco, como la ropa de los de Bobolandia. Levantó su mano con fuerza y con el panfleto blanco, le comenzó a pegar en la cara a Shumann.


-Coja, coja, tome... culo, culo!!! Decía el joven.


Yo dije, "coño, esta gente sí es de avanzada, ya sabía yo que eso de la utopía tenía que ser mierda". Pero nadie lucía integrado al acto. Llamaron a la policía, el chamaco seguía gritando, lo arrestaron. Se lo llevaron. Lo sacaron. Hubo un alivio entre los apañuelados. Shumann, un poco nervioso, supiró. Hubo aplausos. Luego siguió la canción: "Qué es Bobolandia, dónde está Bobolandia..."


El hecho aquí narrado ocurrió el viernes 13 de marzo de 2009 como parte de Inter-acciones creativas: encuentro de arte, educación y acción comunitaria.

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