4 de enero de 2007

Nunca Jamás


No tenía tetas, ni sangraba. Tenía 20 años. Sus padres decidieron dejarla vivir-dormir como una chica de nueve. Movía sus ojos turbios al ritmo de la batidora donde su mamá preparaba el puré que le daría de cena.

"Es que ella vive en el país de Nunca Jamás", reveló la madre.

La niña inmóvil, con risa gélida, sin ser niña, sin ser mujer, sin ser.

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